EL SECRETO DE PABLO

By Equipo Editorial Uncategorized 9 comentarios en EL SECRETO DE PABLO

En este boletín y en los próximos, vamos a estudiar y conocer más la vida de San Pablo (Saulo de Tarso), en primer lugar, dónde nació y su ciudadanía, todo esto antes de convertirse en el testigo y apóstol del Evangelio. Tenemos la fuerte impresión de que fue preparado y enviado al mundo con el propósito expreso de llevar a cabo una obra requerida por las exigencias de la época en la que vivió, pero Dios lo fue formando en la inconsciencia de él.

Esto mismo es lo que el Señor le dijo a Ananías cuando le envió a Saulo de Tarso con el fin de que recobrara la vista:

«… Instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.»(Hch 9,15)

Dios había preparado ciertas obras para que Pablo anduviera en ellas (Ef 2,10), y de la misma forma, le había preparado a él para que pudiera llevarlas a cabo, eso es lo maravilloso de toda su vida.

Queremos detallar en algunos aspectos que él no tuvo ninguna participación. Por ejemplo,

  • Pablo no decidió el momento de su nacimiento, o el lugar donde éste se produjo;
  • así como la familia con la que se crió y;
  • la educación que recibió.

Todas estas cosas, y muchas otras más, fueron ideadas por la sabiduría de Dios con el fin de preparar a Saulo de Tarso para que se convirtiera en el apóstol de los gentiles.

Pablo era consciente de que Dios había tenido este propósito para él, aún antes de que naciera:

«Pero un día, a Aquel que me había escogido desde el seno de mi madre, por pura bondad le agradó llamarme, «y revelar en mí a su Hijo, para que lo proclamara entre los pueblos paganos. En ese momento no pedí consejos humanos»  (Gal. 1,15-16)

Dios preparó a Pablo para que fuese apóstol, y a lo largo de estas reflexiones veremos que su formación fue muy diferente a la de los otros apóstoles. Esto se debe a que Dios tenía propósitos diferentes para cada uno de ellos. Quizá la diferencia más sobresaliente es que mientras que sus compañeros de apostolado habían crecido con Cristo y lo habían conocido como hombre antes de reconocerle como Hijo de Dios, Pablo por el contrario conoció a Jesús en la gloria de su Resurrección, y fue después de esto cuando investigó en su humanidad perfecta.

Comenzaremos considerando lo que podríamos llamar la «formación inconsciente de Pablo”, es decir, aquella en la que él no tuvo nada que decidir o sus intenciones eran otras muy diferentes de las del Señor.

¡Yo Soy Pablo!

Lugar de nacimiento:

Iniciamos la presentación del gran san Pablo. Nació en la ciudad de Tarso, en la provincia de Cilicia (actual Turquía), donde pasa su infancia, fue circuncidado a los ochos días de nacido y se le puso el nombre de Saulo, nombre romano (Hch. 13,9).

«Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia» (Hch 21,39)

Por los testimonios de la antigüedad sabemos que Tarso, la ciudad natal de Saulo, una de las ciudades más populares del Asia Menor, no era ningún pueblo insignificante, sino una activa metrópoli de muchas culturas y con un importante comercio internacional. Esto se debía en gran medida a su situación estratégica.

Los habitantes de Tarso eran grandes amantes de la cultura. Eran asiduos estudiantes de la filosofía, las artes liberales y de todas las ramas del saber en general, hasta tal punto que Tarso adelantaba en este aspecto incluso a Atenas y Alejandría a cuyas escuelas asistían más forasteros que estudiantes de la propia ciudad.

Es difícil dejar de ver que Dios tuvo un propósito bien definido cuando decidió que el apóstol de los gentiles naciera en este lugar. Mientras él crecía, estaba siendo preparado inconscientemente para encontrarse con hombres de todas clases y razas, para tolerar la mayor diversidad de hábitos y costumbres, y sobre todo para familiarizarse con la cultura y el saber del mundo de aquel entonces.

Su Herencia JUDÍA:

Algo que Pablo tampoco decidió fue su nacimiento dentro de una familia judía. Y sin duda, este hecho dejó una huella mucho más profunda en él que su lugar de nacimiento o su ciudadanía romana.

Cuando desde su perspectiva cristiana recapitula los valores naturales de los que antes se enorgullecía, escribe: «circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley fariseo…» (Fil 3,5).

Debemos notar también que, aunque vivían lejos de Palestina, la familia de Pablo no era de los judíos helenistas (aquellos judíos de cultura y lengua griega). Pablo dice que él era «hebreo de hebreos», lo que significa que era del mismo tipo de judíos que aquellos que vivían en Jerusalén.

Aunque conocía la lengua griega, el hebreo era muy probablemente el idioma ordinario de su hogar. Por ejemplo, cuando Jesús le habló en el camino de Damasco lo hizo en hebreo (Hch 26,14), y el mismo Pablo se dirigió a las multitudes desde las escalerillas de la fortaleza junto al templo en esa misma lengua (Hch 21,40). La familia de Pablo guardaba estrictamente las tradiciones judías y se mantenía vinculada a su patria. Tal vez por esta razón sus padres creyeron que para que fuera educado en la fe ortodoxa era importante enviarle a Jerusalén para un periodo de formación. Fue entonces cuando entró en la escuela de Gamaliel.

Sus padres resolvieron que debía pasar su juventud en Jerusalén bajo sanas influencias y estudiar para ser un rabino. Entonces se decidió que entraría en la escuela de Gamaliel, uno de los más notables maestros que habían tenido los judíos.

Su formación JUDÍA

Allí las capacidades del joven Saulo se desarrollaron asombrosamente y pronto comenzó a sobresalir sobre sus compañeros. El estudio de las Escrituras y los comentarios que los sabios y maestros habían hecho de ellas ocupaban su tiempo. Todo esto era aprendido de memoria y se organizaban discusiones y debates sobre algunos puntos en los que las inteligencias de los estudiantes se agudizaban.

Así desarrolló Saulo su maravillosa memoria, la perspicacia de su lógica, la abundancia de ideas, pero, sobre todo, su conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento.

Conocía por experiencia propia la completa impotencia de la Ley para aplacar la conciencia y satisfacer el corazón. Todo esto sólo lo pudo encontrar en el encuentro con Cristo. Así que él podía hablar al corazón de otros muchos judíos que sentían esta misma frustración y llevarles a la gracia de Dios manifestada en Cristo.

Como pensador y escritor cristiano era fundamental que conociera perfectamente el Antiguo Testamento para así poder mostrar como éste se había cumplido en Jesús.

Entonces las sólidas nociones que Saulo había adquirido de las Escrituras durante su juventud, cuando la memoria tiene el mayor poder de retención, ahora fluían libremente mientras predicaba y escribía. De hecho, cuando leemos las cartas de san Pablo, nos damos cuenta de que en muchas ocasiones él escribe «en citas», uniendo una con otra con asombrosa facilidad.

En nuestro próximo boletín entraremos en la segunda de tres partes, de esta increíble historia acerca de Pablo. Te invitamos a continuar atento a nuestras redes y a nuestro boletín mensual.

Por: Manuel Acevedo | Misionero Laico

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9 comments
  • Vielka
    Posted on junio 27, 2022 at 6:58 pm

    Muy interesante.

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  • Mercedes de Bonilla
    Posted on junio 28, 2022 at 3:01 pm

    Wow, que hermoso es descubrir la obra del Señor en nosotros mismos. Cómo Dios nos escoje desde nuestro nacimiento y lleva el hilo de nuestras vidas, sin percibirlo. Quedo atenta a la segunda parte.

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  • Ivan Sanchez
    Posted on junio 29, 2022 at 9:58 pm

    Interesante historia de Pablo.. muchas gracias..

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  • Susana Vallarino
    Posted on junio 30, 2022 at 6:47 pm

    Muchas Gracias
    Muy interesante

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  • ROSSY
    Posted on julio 7, 2022 at 6:21 pm

    Me llama la atención que el se relaciona mucho con Grecia y predicó mucho entre los griegos y son famosas sus cartas de Efeso, lugar cuyas ruinas conoci visitando Turkia, en ese mismo lugar la casa de la virgen maria.

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  • Julio E. Ortega
    Posted on julio 11, 2022 at 3:02 pm

    Me ha gustado mucho este enfoque, al que no le había prestado la atención que merece: «Tenemos la fuerte impresión de que fue preparado y enviado al mundo con el propósito expreso de llevar a cabo una obra requerida por las exigencias de la época en la que vivió, pero Dios lo fue formando en la inconsciencia de él.» Esto acercamiento a Pablo nos ayuda a entender muchas cosas que no entendemos de nuestra vida ni de este mundo confuso en el que nos ha tocado vivir. Muy alentador! Gracias.

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  • Nancy Cucalon
    Posted on julio 11, 2022 at 5:17 pm

    Gracias Padre Manuel por compartir la vida del Apóstol Pablo, como Dios desde su nacimiento ya le tenía preparado para ser uno de los discípulos de su hijo Jesús. Gracias por este compartir.

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  • Cándida
    Posted on agosto 30, 2022 at 1:52 am

    Infinitas Gracias Bendecido Padre Manuel Anselmo un Gran Aprendizaje. Sin el desarrollo ni el conocimiento de Las Escrituras como puedo crecer en conocimiento; ahora nos estás inyectando parte de la existencia del Apóstol Pablo. Gracias por esta nueva enseñanza Mí Máximo Presbítero de Dios 🙏🌾

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  • Anita Mong
    Posted on agosto 30, 2022 at 6:49 pm

    Excelent! Me llena de gozo poder saber cómo Dios fue preparando a Pablo para la gran misión cumplida, me confirma la omnipotencia de Dios, nada está lejos de su mano.

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