Sobre la celebración Eucarística

Por: Manuel Acevedo | Misionero Laico

«Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer» (Lucas 22,15).

Estás palabras de Jesús del evangelio de San Lucas al iniciar la última Cena la cita el Papa Francisco al iniciar la Carta Apostólica al Pueblo de Dios «Desiderio Desideravi» (#2), nos ayudan a iluminar el tip #10 donde haremos una comparación del valor de una comida en familia y la comida sagrada de la Eucaristía, “una cena única, última e irrepetible” (#4).

UNA COMIDA EN FAMILIA

Como primer aspecto queremos presentar una casa donde hay una mesa que utilizamos para muchas cosas, entre ellas, la comida. Normalmente la preparamos, ponemos un mantel, debajo del plato, algunas veces se pone un pequeño mantelito de tela, que llamamos “individual”. También colocamos servilletas de tela o de papel, velas, flores y algunas botellas con salsas o vinagre.

Todo está preparado para que la familia se siente a comer, a compartir la misma mesa.

Es una verdadera lástima que, en nuestro tiempo la reunión familiar, este pasando a un segundo momento o sea, se vea obstaculizada por tantas situaciones que nos distraen y apartan. Vale la pena poner mayor empeño en rescatar y lograr que el domingo vuelva a ser el día del encuentro en la casa, que todos nos encontremos en un mismo lugar, a una misma hora, y compartamos los mismos alimentos.

¡Que hermoso sería si pudiéramos exclamar: “es domingo y estamos en familia”! 

Y, como es domingo, vamos al Templo….

UNA CENA UNICA, ULTIMA E IRREPETIBLE

Pedro y Juan fueron enviados a preparar lo necesario para poder comer la Pascua con el Señor. Cuando llega el momento de la Cena, todos están alrededor de la mesa, inconscientes de lo que van a vivir, hay una inmensidad del don que van a recibir y la pequeñez de quién lo recibe (#3).

Nosotros llegamos a la Casa del Señor para celebrar la Eucaristía donde todo ha sido preparado, hay una mesa que se llama ALTAR. Tiene un MANTEL blanco con dos velas y hermosas flores.

En el altar para la consagración hay un mantel pequeño que se llama “CORPORAL” allí el que preside pone un plato que se llama “PATENA”, en el que se va a poner el pan. Hay un vaso llamado “CALIZ” donde va a estar “la sangre de la salvación”.

A un lado una pequeña servilleta que se llama “PURIFICADOR”.  Dos botellitas que se llaman “VINAJERAS”, están, cerca del altar, contienen agua y vino para la celebración.

Todo está preparado en la mesa del altar, el que Preside impone las manos sobre el pan y el vino, con este gesto se invoca el Espíritu Santo que por su acción santificadora los transforma en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Ya podemos acercarnos a la Comunión: “EL PAN DE VIDA” Y A BEBER “LA SANGRE DE LA SALVACIÓN”. ¡Es domingo día del Señor es fiesta!

Nota. Todos los números citados son de la Carta Apostólica «Desiderio Desideravi»