Cada año, cuando se inicia el tiempo litúrgico de Adviento, nuestra Iglesia Católica en el mundo entero, empieza a adornar los templos, preparamos el Nacimiento o portal, asistimos a la Eucaristía, cantamos villancicos y los fieles hacen lo mismo en sus casas. Son gestos que nos ayudan a iniciar el tiempo de preparación a la Solemnidad de la Navidad de Jesús. Por segundo año consecutivo la Pandemia en nuestro país y en el mundo es un protagonista que no podemos ocultar. Este 2021 como una gracia especial, recibimos el regalo de poder participar y congregarnos en las celebraciones Eucarísticas.
Muchas de estas tradiciones se mantienen, pero otras han dado paso a nuevas formas de celebrar la Navidad.
De la Preparación y festividad al consumismo
En el Instagram nuestra hermana Sixta Miranda Cajar, comentaba y nos daba elementos de preparación para la primera semana de Adviento, “debemos estar alertas y preparados para tu llegada Dios, ya que solo tú nos das paz, luz y alegría”.
Pero esta invitación de nuestra hermana a la luz de la Palabra de Dios, se fue interrumpiendo y diluyendo por el tradicional intercambio de regalos, que se ha convertido en todo un negocio, que rompe por completo el verdadero sentido de la Navidad. El mayor regalo que tenemos siempre es la persona, las enseñanzas y la doctrina de Jesús de Nazaret, sólo en Él está la verdadera paz, alegría y la luz, siempre.
El comercio aprovecha la campaña navideña desde el mes de octubre, para hacer ofertas sobre sus productos y fomentar el consumismo, perdiendo los cristianos el renovar el encuentro personal cotidiano con el Niño que en Belén.
Una Navidad llena de fe, amor y esperanza
Otra hermana en el Instagram nos compartía que al iniciar el Adviento era el momento “para dar comienzo a la dulce espera que nos llena de fe, amor y esperanza”.
En nuestra Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe nos fuimos preparando todos, P. Manuel Anselmo, P. Jorge, las hermanas de la administración, los sacristanes, el comité de salud o la nube celeste como la llamó, los coros, los lectores, los que acompañamos el camino de la parroquia en la redes, todos nos unimos para regalarles 4 semanas de Adviento y un hermosísimo tiempo de Navidad, para los que participaron de manera presencial y los que lo hicieron virtual, se fueran preparando para vivir una Navidad diferente en tiempo de Pandemia, pero con el protagonista de siempre, el Niño Jesús juntos a sus padres María y José.
Que en la Sagrada Familia encontremos el verdadero sentido de la fe, el amor y la esperanza.
El espíritu navideño, aunque pasó en el calendario litúrgico, debe seguir resonando y animando nuestra vida cristiana a buscar pasar momentos de calidad con las personas que amamos, en especial en el seno de nuestra familia, lo más importante no es qué o cómo, sino con quién compartimos esta experiencia vivida hace solamente unos días.
¡A la familia le urge reencontrar su verdadera misión en el mundo!
Por: Manuel Acevedo | Misionero Laico | Instagram: @elticoacevedo
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