La Sagrada Escritura: ¡Un viaje al corazón de Cristo!

By Equipo Editorial Uncategorized 2 comentarios en La Sagrada Escritura: ¡Un viaje al corazón de Cristo!

Por: Manuel Acevedo | Tiempo de lectura: 4 minutos

Es un regalo de Dios y de su Iglesia que un mes completo lo utilicemos para la animación, estudio o formación en las Sagradas Escrituras, terminando el mismo con la fiesta de San Jerónimo que entre sus maravillosas frases nos dejó una que siempre es bueno recordarla “la ignorancia de las Sagradas Escrituras es ignorancia de Jesucristo”, la podemos relacionar con el prólogo de Isaías que nos dice “Escuchad la palabra de Yahvé” (Is. 1,10) el conocimiento y la escucha de la Escritura es vital para la vida del cristiano.

Una constatación real en nosotros los católicos, es que no conocemos con profundidad la Palabra de Dios lo que causa vacíos en la experiencia de fe que vivimos y en el conocimiento de Jesucristo enviado por Dios para realizar la misión  del Mesías.   Algo maravilloso que podemos descubrir en la Palabra es que Dios no mandó a cualquiera, sino: “a su propio Hijo no para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por El” (Jn. 3,17).

Dejémonos acompañar siempre por el Señor Muerto y Resucitado que a través del Espíritu Santo nos explica el sentido de las Escrituras, para que Él encienda  nuestro corazón, nos guie, ilumine y transforme, el poder vivir la experiencia del misterio de la salvación, porque Dios quiere que todos los hombre se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

  1. Cada vez que abres la Sagrada Escritura, te invito a detenerte en los “personajes bíblicos” que nos presenta el escritor, cada uno de ellos nos hablan hoy sobre su SER, nos muestra cómo se encontraron y enamoraron de Dios.
  2. Estos “personajes bíblicos” son puestos en movimiento gracias a la plena docilidad del Espíritu de Dios, y se sienten identificados con el que los envía, Jesús de Nazaret, no van porque SI, sino porque tiene una experiencia de encuentro, de conversión y discipulado.
  3. Se abren a la experiencia de Dios, que trabaja en ellos y dan una respuesta hermosa. A partir de ahora les presentamos unos ejemplos…

Jesus y su Predicación

Durante este año en la lectura semi continuada de san Mateo y ahora de san Lucas que nos regala la Iglesia en el año impar, en algunos de los evangelios hemos visto como la predicación de Jesús no agradó a unos.  Los doctores de la ley, los fariseos, los sacerdotes, los saduceos, siempre los vemos cuestionándole su predicación, su actuar, sus sanaciones.   Imaginaban la venida del Reino de Dios como un simple cambio, sin la vivencia de una verdadera conversión, proceso que les pudiera mejorar en las relaciones entre ellos y el pueblo judío.

Pero no era así como Jesús entendía el Reino del Padre. El quería y quiere hoy un cambio radical.  Para El, el pueblo de Dios tenía que ser un pueblo hermano, servidor, unido, y no un pueblo dominador, que busca ser servido por los demás pueblos.

Los grandes de aquel tiempo no quisieron este cambio y rechazaron la invitación del Maestro.  En cambio, los pobres y los pequeños se convirtieron en unos bienaventurados, unos dichosos, le abrieron su corazón, entendieron y aceptaron la llamada de Jesús (Mt. 11,25). Lo que era una Buena Noticia para los pobres, era mala noticia para los grandes.

El Evangelio de Jesús trae exigencias entre ellas el abandonar tantos privilegios injustos que ellos gozaban y sobre todo que fueran humildes y sencillos, tenían que sacar de sus vidas la grandeza y el poder que los asfixiaba.  Ellos tomaron otra opción, rechazaron el llamado de Jesús y lo mandaron a vivir la experiencia de la cruz con el apoyo de los romanos.

Los Primeros Cristianos

Animados por la gracia del Espíritu Santo los primeros cristianos, seguidores de Jesús organizaron su vida en pequeñas comunidades. Vivían en comunión fraterna, tenían todo en común y ya no había más necesitados entre ellos (Hch. 2,24-44)

De esta manera, la vida nueva, prometida por los profetas en el Antiguo Testamento y traída por Jesús, se mostró a los ojos de todos, la manera de vivir de los primeros cristianos.

Los primeros cristianos entraron en este viaje sin regresó al corazón de Jesús Muerto y Resucitado, desearon a Dios en su corazón, lo buscaron y lo encontraron para convertirse así en: “sois una carta de Cristo, redactada con nuestro ministerio” (2 Cor. 3,3).

La vida comunitaria de los primeros cristianos sustentada por la fe en Jesús que vive en medio de ellos, hace aparecer la prueba bien clara del maravilloso proyecto que el Padre tenía, cuando llamó a Abraham, para librar a su Pueblo de la esclavitud de Egipto.  Jesús trajo el mensaje para que  pudieran entender el verdadero sentido de la larga caminata dada por el pueblo judío en el Antiguo Testamento.

Los valerosos primeros cristianos continuadores del mensaje de Jesús lograron abrir de par en par la puerta de la Sagrada Escritura, supieron entender y realizar la voluntad de Dios.

En Jesucristo, desde su persona, sus enseñanzas, su doctrina y su institución la Iglesia, los cristianos podemos hacer una correcta y mejor comprensión de la lectura de la Biblia, pues El es quien le da sentido y unidad a TODA la escritura.

La Resurrección de Jesús

Ya lo había comentado anteriormente en los escritos de los Hechos de los Apóstoles, hoy nuevamente lo reafirmo, la experiencia de la Resurrección vivida por los primeros cristianos en la comunidad, fue el gran estallido que iluminó el corazón, los ojos y los pies de los primeros cristianos dando sentido a la Escritura, a la fe y a la vida.

Un pase evangélico que nos ayudará a comprender esto es uno muy conocido, la historia de los discípulos de Emaús donde san Lucas (24,13-33) nos muestra esto bien claro, pues Jesús aparece ahí como el verdadero intérprete de la Sagrada Escritura, de la vida, de la fe, ojo no debe haber separación, esa dicotomía entre fe y vida  que nos tiene frustrados, tristes, deprimidos a muchos.

El día de la Pascua, dos discípulos andaban de camino tristes y cabizbajos, Jesús se aparece a su encuentro, pero ellos no lo reconocieron, les falta en su corazón la luz del Resucitado. Atentos mis queridos hermanos, les faltaba la experiencia del encuentro con el Resucitado, cuando finalmente lo reconocieron en la “fracción del pan”, Jesús desapareció. Desde este momento del encuentro con Jesús, Él había entrado en ellos, y ellos mismos resucitaron. Vencieron el desánimo, los temores y volvieron de prisa a Jerusalén, donde se encontraban aquellos poderosos que, al matar a Jesús, habían matado también la esperanza en ellos.  Ahora ellos ya no le temían más. Les llenó una gran fuerza mayor, es la fuerza de la vida que vence la muerte.

La palabra de Dios Transformadora

La Sagrada Escritura tuvo un papel clave e importante en la transformación que se dio en los discípulos de Emaús, cuyo corazón ardía de entusiasmo y ellos llegaron incluso a invitarlo a cenar con ellos.  Él se quedó, se sentó a su mesa, oró con ellos y realizó la “fracción del pan” (la Eucaristía).

Muchas veces pasamos muy rápido por la Palabra de Dios y dejamos de lado aspectos importantes e iluminadores.  Jesús no sólo les enseño, sino que, realizó gestos bien concretos de hermandad, de amistad, componentes claves del ambiente de la comunidad cristiana. Donde se debe procurar vivir como hermanos, ahí es donde se vive la experiencia de la Resurrección de Cristo vivo en medio de nosotros.

El milagro de la conversión

Cuando logramos una mejor interpretación de la Palabra de Dios, ella alcanza su objetivo: acontece el milagro de la conversión.

Los dos discípulos descubren la fuerza de la Palabra de Dios presente en los acontecimientos, comienzan a ponerla en práctica y todo se transforma; el corazón arde, los ojos se abren, los pies se ponen en camino, las personas cambian, hay señales de vida en ambientes con señales de muerte; “¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado allí estos días?”.

La cruz, vista como señal de muerte, desesperación y tristeza, se vuelve en una señal de vida, de esperanza y de compromiso; el miedo desaparece, el coraje surge; las personas se unen, se encuentran y comienzan a compartir entre sí su propia existencia de la Resurrección del Señor.

Los discípulos de Emaús comienzan a releer su propia historia de vida, su propio camino y lo maravilloso es que descubren que todo inició en el momento que Jesús hablaba con ellos, sobre la vida, sobre la Palabra, sobre lo sucedido en Jerusalén, la fe se afianza, la esperanza se renueva y el amor abre los caminos.

La Palabra de Dios y la vida

  • Dios no nos habla para que escuchemos y digamos: “qué bonito que predicó”. Varias veces en los campos de misión me pongo a preguntar a los hermanos que les impactó de la Palabra de Dios y me contestan con esa expresión, eso siempre me pone a pensar, varias veces ni se acuerdan de quién eran las lecturas o cuáles fueron algunas de las ideas que más resonaron en su corazón 
  • La Palabra de Dios tiene que ser como la lluvia que cae en los campos (muy escasa en este tiempo), tiene que penetrar dentro en cada uno para que nos pueda transformar, nos invita a ser transparente, somos amados como somos, sin maquillaje, genuinos en nuestra vida.
  • Dios nos habla a través de las Sagradas Escrituras, en los problemas que tenemos que resolver, en las horas tristes y en los momentos alegres. Siempre fue así y así seguirá siendo. Como decía nuestro querido P. Manuel A. Díaz uno de estos domingos, “Dios no nos deja de hablar, nos habla todos los días”, sino lo escuchamos, es porque nuestros oídos son sordos y porque no queremos ser corazones fervientes y pies en camino.
  • Sino estamos atentos a la vida, sino procuramos entender la vida, no podremos entender la Palabra de Dios, no la podemos leer bien, debemos leer al mismo tiempo el libro de nuestra vida, esa “otra Biblia”.
  • Si miramos el mundo de nuestro alrededor tan frío y apático a las cosas de Dios, el testimonio de estos dos discípulos nos debe motivar, animar y lanzar a ponernos en camino, iluminados por el encuentro con el “Resucitado” y animados por la gracia del Espíritu Santo protagonista de la misión. 
  • Salgamos con corazones fervientes, ojos abiertos y pies ligeros a encender en otros corazones la Palabra de Dios, que puedan mirar fijamente a Jesús en la Eucaristía, invitándolos a caminar TODOS JUNTOS en la experiencia de la salvación de Dios.

Continuará…

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2 comments
  • Gilda Aurora Calero G.
    Posted on septiembre 23, 2023 at 2:51 am

    La palabra de Dios es la esencia de nuestro Padre Celestial, a través de su Hijo Amado. Estas vivencias que solo se sienten en el nombre de Dios y que transforman nuestra vida en una conversión que nos mueve desde adentro, desde lo más profundo de nuestro corazón, mostrándonos humildes seguidores de la Palabra de Dios, vivificadora, que transforma nuestras vidas en el camino de la conversión, y día a día abre el velo de la esperanza en nuestro corazón expresivo y agradecido, lleno de energía en Cristo Jesús que nos fortalece nuestro espíritu y caminar.
    Viviendo la Sagrada Escritura, vivimos la Esencia de Jesús Eucaristía.

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  • Rosario
    Posted on septiembre 30, 2023 at 11:04 am

    Gracias

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