Por: Manuel Acevedo | Misionero Laico
Hemos compartido en el pasado boletín la influencia que tuvo Pedro en la vida de Marcos y como le ayudó para que pudiera conocer, contemplar y vivir el misterio de Jesús desde la óptica del que fue el primer Papa de nuestra Iglesia, tan cercano y fiel discípulo apóstol del Maestro.
Esto también nos debe haber ido ayudado a comprender mejor a la Iglesia, y la idea de Jesús sobre su nueva familia, con los artículos anteriores sobre los Hechos de los Apóstoles, Pablo, Lucas y Marcos. Lo importante es ver como la Iglesia existe fuertemente en las personas como las anteriormente citadas y en este artículo sobre Pedro.
El Señor va a ir encomendando esta nueva realidad de la Iglesia a los doces apóstoles, a Pablo y sus discípulos. Espero que a ustedes les estén ayudando estos artículos a comprender que en las personas se vive la experiencia de la Iglesia, que es seguir a Jesús de Nazaret. Comenzamos a estudiar un poco la vida de San Pedro.
Después de Jesús, Pedro es el personaje más conocido y citado en los escritos, es mencionado 154 veces con el sobrenombre de “Pétros” que significa “piedra o roca”, que es traducción griega del nombre en arameo que le dio directamente Jesús: “Kefas”, 9 veces aparece en las cartas de san Pablo. Hay que añadir el frecuente nombre de “Simón” que aparece unas 75 veces. (Hch 15,14; 2 Pe 1,1)
Simón, era hijo de Juan (Jn 1,42), de Betsaida (Jn 1,44), un pueblito al este del Mar de Galilea. Era pescador, él y su hermano Andrés se reunían a pescar con Santiago y Juan. Era casado y su suegra vivía en Cafarnaúm. Esta ciudad se convirtió para Jesús y sus discípulos en el centro de toda su misión.
LOS EVANGELIOS Y PEDRO
Los evangelios nos van a narrar muchas de las características de Simón que quisiera que estudiemos, por eso los invitó a quedarnos en el evangelio de Lucas en el capítulo 5, donde Jesús cambia los planes de los pescadores y le muestra la eficacia de confiar en él. Simón es uno de los primeros discípulos de Jesús (Lc. 5,1-11), a los que se agrega un quinto, según la costumbre de todo Rabino, que era la de tener cinco discípulos, como fue la llamada de Leví (Lc. 5,27-32).
Cuando Jesús pasa de cinco a doce (Lc. 9,1-6) pone de relieve la novedad de la misión, él no es un rabino como los demás, sino que ha venido para reunir a Israel, simbolizando por el número doce, las tribus de Israel.
Los evangelios nos van a ir permitiendo seguir paso a paso su camino e itinerario espiritual que es lo importante del trasfondo de este artículo. El punto de partida es la llamada que le hace Jesús. Acontece un día cualquiera, mientras Simón está dedicado a lo suyo, a sus labores de pescador. Jesús se encuentra a orillas del lago de Genesaret y la multitud lo rodea para escucharlo.
San Lucas nos narra un acontecimiento hermoso, la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios, un problema práctico. El Maestro ve dos barcas que estaban a la orilla; los pescadores han bajado y lavan las redes. El, entonces pide permiso para subir a la barca de Simón, le rogó que se alejará un poco de tierra.
Sentándose en esa “cátedra improvisada”, se pone a enseñar a la muchedumbre desde la barca. La barca de Simón se convierte en la “cátedra de Jesús”. Cuando acaba de hablar le dice: “rema mar adentro y echa las redes para pescar”. Simón responde: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; en tu palabra, echaré las redes” (Lc. 5,4-5)
Jesús era carpintero, no experto en pesca, y a pesar de ello Simón el pescador se fía de este Rabino, que no le da respuestas sino que lo invita a confiar de él. Ante la pesca milagrosa reacciona con asombro y temor:
“aléjate de mí Señor, que soy un hombre pecador” (Lc. 5,8)
El Maestro le responde invitándolo a la confianza, a abrirse a un nuevo proyecto que supera todas sus expectativas:
“desde ahora serás pescador de hombres”. (Lc. 5,10)
EL PAPA BENDEDICTO XVI Y PEDRO
El Papa Emérito Benedicto XVI en su libro sobre los “Apóstoles” hace una descripción de cada uno, de Pedro dice que tenía gran determinación, que era impulsivo, ingenuo, temeroso y capaz de sincero arrepentimiento, como lo podemos ver claramente en los evangelios. Y menciona algunas actitudes acerca de Pedro de las que quisiera destacar tres en este artículo para que podamos entrar y conocer más sobre su vida.
1.- PEDRO Y LA ACCION DEL ESPIRITU SANTO
La primera es que se abre a la acción del Espíritu Santo, y gracias a ello saber reconocer que Jesús como el Mesías (Mt 16,15-16), que vale la pena seguirlo porque sólo Él tiene palabras de vida eterna (Jn 6, 67-69).
2.- EL LUGAR PREPONDERANTE DE PEDRO
La segunda es que se nota en los Evangelios y desde luego después en los Hechos de los Apóstoles el lugar preponderante que ocupa Pedro entre los Doce. Siempre se le menciona primero:
- Jesús entra a su casa; cuando sólo lleva a tres discípulos, Pedro es el primero de ellos (Mc 5,37; Lc 9,28; Mt 26,37);
- Cuando paga el impuesto paga de Jesús y el suyo (Mt 17, 24-27);
- En la Última Cena queda registrado cuando lava los pies de Pedro (Jn 13,6),
- Sólo a Pedro le dice que Jesús que orará por él para que su fe no desfallezca (Lc 22, 30-31);
- Es a Pedro al que nombre la “piedra” sobre la que funda Su Iglesia, al que le da las llaves del Reino y le concede poder para atar o desatar tierra y en el cielo (Mt 16, 18-19);
- Luego de la Resurrección de Cristo, cuando Pedro y Juan corren el sepulcro, éste llega primero, pero deja entrar antes a Pedro (Jn 20, 4-6) y en la comunidad cristiana es la opinión de Pedro la que determina lo que se hace, el que tiene la última palabra.
3.- LA RECONCILIACION CON EL MAESTRO
La tercera que me parece que está llena de amor y ternura, tiene que ver con ese encuentro entre Jesús con Pedro que le pregunta si lo ama más que a los otros, emplea el verbo “agape” que significa amor total e incondicional, mientras que Pedro responde con el verbo “fileo” que significa amistad. (Jn. 21,15-18)
Así, la primera vez le pregunta Jesús: «me amas?» ¿agapas-me? y Pedro no responde «te amo» usando: “agapo-se”, porque luego de sus tres negaciones ya no confía en sus propias fuerzas, ya no presume, sino que humildemente reconoce su debilidad y lo que puede ofrecer.
Por eso responde: «te amo» usando ‘filo-se’. Por segunda vez Jesús le pregunta igual y Pedro responde lo mismo.
Pero la tercera vez, hace notar el Papa, Jesús se baja al nivel de Pedro y le pregunta: «¿me amas?» empleando: ¿Fileis-me?, aceptando el amor limitado que Pedro es capaz de dar.
El Papa Emérito Benedicto XVI dice que resulta muy consolador ver que Jesús se adaptó a la pobre capacidad de amar de Pedro. Y por lo tanto sabemos que Jesús se adapta también a nuestra pobre capacidad de amar.
LA PERSONALIDAD DE PEDRO
En esta segunda parte vamos a entrar a la personalidad de Pedro, quiero invitarlos a continuar junto a su Biblia hagamos un recorrido en parte de ella como discípulo y apóstol del Carpintero de Nazaret que somos.
El discipulado es una parte clave en la vida de cualquiera que quiera asumir el resto de seguir a Jesús, los Obispos en Aparecida lo hace parte del itinerario formativo para poder “hundir sus raíces en la naturaleza dinámica y en la invitación personal de Jesucristo” (DA #272)
Pedro va a ir madurando en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús maestro, como lo vamos a ir viendo paso a paso…
EL DISCIPULADO DE PEDRO.
Deja todo desinteresadamente, para seguir a Jesús, pero un día se lo recuerda como pidiendo recompensa (Lc 18, 28).
Primero le replica a Jesús, pero luego se fía de Él y hace lo que le pide se reconoce indigno y pecador, pero no deja que eso le impida seguir a Jesús y volverse su discípulo (Lc 5, 5-11).
Promete mantenerse fiel a Jesús, pero no logra siquiera mantenerse despierto (Mc 14, 29-37).
Aprovecha su cercanía con Jesús para pedirle que cure a su suegra, se entiende. Luego utiliza esta misma cercanía para ir ha interrumpirlo cuando ora (Mc 1, 30-37).
Le pide a Jesús que lo haga caminar sobre el agua, pero luego teme y comienza a hundirse (Mt 14, 26- 32)
Inspirado por el Espíritu Santo, reconoce a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios, pero luego se equivoca rotundamente tratando de disuadirlo cuando Él anuncia su Pasión y Resurrección (Mc 8, 31- 33).
Presente en la Transfiguración, pero luego ya no quiere bajar al mundo (Mc 9, 2-5); necesita que le expliquen las parábolas (Mt 15,15), pero entiende lo suficiente como para reconocer que sólo Jesús tiene Palabras de vida eterna (Jn 6, 68).
LA PASION MUERTE Y RESURRECCION DEL MAESTRO
Se resiste a que Él le lave los pies, pero luego quiere que le lave hasta las manos y la cabeza (Jn 13, 6-9).
Ha sido enseñado a perdonar setenta veces siete (Mt 18, 21-22), pero saca la espada y le corta la oreja al siervo del sumo sacerdote (Jn 18, 10).
Quiere ver a dónde se llevan preso a su Maestro, pero lo sigue de lejitos (Lc 22, 54).
Ha fanfarroneado acerca de que nunca traicionará a Jesús (Mc 14, 31) y al poco rato lo niega tres veces (ver Mc 14, 66-71).
Confía en sus míseras fuerzas, pero queda defraudado, y aunque es un hombrón recio y curtido por el mar y la vida, llora como un niño cuando canta el gallo, Jesús lo mira y él reconoce su debilidad (Lc 22, 55-62).
Corre a la tumba y ve que está vacía, pero no sabe qué pensar al respecto (Lc 24, 12); cuando oye que el Resucitado los espera a la orilla del lago, se echa al agua; y por fin, cuando Jesús le pregunta si lo ama más que lo demás, no se atreve ya a presumir ni a sentirse superior a otros, sino que simplemente afirma su amor y recibe entonces el encargo de pastorear las ovejas (Jn 21, 7-17).
PEDRO Y NOSOTROS.
Como hemos podido ir viendo a través de la Palabra de Dios, Pedro es igual que todos, igual que tú y que yo, con el corazón dispuesto, pero impulsivo; de buenas intenciones, pero que muchas veces le salen mal; con ganas de seguir de veras a Jesús, pero incapaz de no tropezar, errar y caer.
Pedro estaba muy lejos de ser una roca de fortaleza. Jesús no le da el nombre de lo que Simón es, sino de lo que quiere que sea. Jesús ve en nosotros nuestras mejores posibilidades. Nos elige porque sabe lo que podemos dar, y nos da un voto de confianza. Mira siempre lo mejor de nosotros mismos, y eso nos invita a dar lo mejor.
El caso de Pedro es un gran consuelo y una gran lección para nosotros. También nosotros tenemos deseo de Dios, también queremos ser generosos, pero también esperamos que Dios se manifieste y transforme el mundo de acuerdo a nuestras ideas y las necesidades que percibimos.
DIOS Y NUESTRO CAMINO
Dios elige un camino distinto. Dios elige el camino de transformación de los corazones, en el sufrimiento y la humildad. Así que, como Pedro, debemos también convertirnos, una y otra vez, seguir a Jesús, no ir delante de Él. Es Él quien nos muestra el camino.
Cuando sabes que a alguien le caes mal y piensa mal de ti, como que saca lo peor de ti, y cuando estás con esa persona, cometes torpezas, dices lo que no debes, le acabas demostrando que tiene razón. En cambio, cuando estás con alguien que sabes que te quiere, te estima, piensa bien de ti, como que saca tu mejor lado, te esfuerzas en ser mejor. Eso sucede con Dios, Él no ve nuestros defectos y pecados, sino lo bueno que podemos ofrecer, y su confianza en nosotros nos invita a dar todo lo bueno que podemos dar.
Dios nos invita hoy a vivir con intensidad el camino del encuentro con Cristo, del discipulado, de la conversión, del seguimiento, de la intimidad, del amor expresado en su Hijo…¡Gracias Pedro por tu vida!
4 comments
Gia Villalaz
Posted on noviembre 30, 2022 at 10:42 pmEl gran amor de Dios para con nosotros. Otros Pedro.
Damsela de Decerega
Posted on diciembre 1, 2022 at 12:45 amGracias mil, por estos documwntos tan enrquecedores, Bendito sea Dios🙏
Nancy
Posted on diciembre 1, 2022 at 3:33 pmGracias por compartir la vida de Pedro en pocas palabras. Leyendo me doy cuenta que hay algo de Pedro en mi, pero solo siguiendo sus pasos y apoyandome en la palabra viva de Dios puedo alcanzar el cielo prometido. Con cruces y problemas, que todos tenemos, pero apoyandonos en su palabra y la oracion alcanzaremos nuestra meta.
Lydia Maduro
Posted on julio 5, 2023 at 1:46 pmGracias por esta lección sobre la vida y carácter de Pedro, por intimar con el, me ha encantado esta lección porque me acerca a comprender que si el estuvo tan cerca de Jesús que lo aceptó tal como era, con sus defectos y virtudes pero lo transformó en esa piedra que es hoy la iglesia, es la esperanza de la transformación en nosotros también, Muchas gracias!!